Un día de misios: Legañas, Señoras que miran, y un lindo epílogo
Cuando te levantes más temprano que de costumbre, te cueste un poco abrir los ojos y descubras que es por la legaña (Sueño triste, lágrimas y mocos que te recuerdan lo cagado que anda tu inconsciente), ten por seguro que es la vida que está de ánimos para escupirte la cara todo el día.
Eso es lo que me pasó, me está pasando y (estoy seguro) me pasará hasta el fin de mí(s) día(s).
Esperé un rato a que se me deshagan las legañas, miré el techo, sonreí y ¡Orlando, lleva esta campana a mi colegio! ¿Campana? ¡Sí, hay un concurso de preguntas y ecesitamos algo para hacer sonar cuando quieran contestar, yo tengo que ir a hablar con la Profesora de Peque!.
Una campana...mi mañana arruinada por una campana, demonios. Me vestí y salí, caminé lento, con cuidado, con la esperanza de safarme del día de misios que presentía, pero no...no me pude dar el gusto, gustito de andar tranquilo hoy.
Y es que un día de misios no es sólo sentir que el único tintineo en tus blosillos es una estúpida campana, que suena y suena y te recuerda que no tienes ni un cobre para gastar en algo que te mate al menos. Es caminar y sentirte (casi) identificado con cada triste que ves por ahí, que comparte la misma maldición matutina contigo, no pudo sacarse las legañas y la campana se la colgaron en el cuello cuando nació.
Seguí de largo, ignorando todo lo que podía hasta llegar al colegio, busqué a la señorita Gladis y le entregué amablemente su puta campana, que se diviertan en su concurso pues, cabrones...ay, chucha! me recibió la campana con una gratitud tan abierta que no pude disimular mi verguenza ni las lágrimas se venían, sonreí y desaparecí fugaz, casi corriendo (como idiota).
Dejé que el día transcurra tranquilo, mirando de reojo, casi vigilando que la helada sensación de Huevón, se te hace tarde me coja por el culo y me diga con cacha Y tampoco tienes plata.
La de toda la vida, la de cada mañana, la de todo paredero, la del imbécil que ahora está parado esperando un carro que lo lleve de una vez a la universidad a hacer cualquier otra cosa menos pensar en lo tarde que es, lo poco que avanza y lo mucho que sueña.
Una vez más, salí como 3 horas antes de lo previsto, osea, cara de Reconchatumare, sí, así, juntito y sin D qué chucha me miras, bien malo, matonazo, renegando de...casi digo vida. No, renegando de mi, de lo tarado que puedo llegar a ser, de lo lejos que anda la gente, esperando porque me da flojera pararme, para poder.......aguanta, y esa tía? vaya, debió haber sido muy bonita de joven, no, no...aún es bonita, muy bonita, también tiene cara de Recochatumare blah blah blah, pero con estilo, y con muchos años de vida y muchos otros reconchatumares encima.
Todo el viaje hecho un huevón, terminé sonriendo y agradeciendo a mis bolsillos por, al menos esta vez, haberme hecho tomar la de ochenta, que si tomo la 11 A ver cómo te regresas pues.
En fin, llegué y la mujer siguió de largo, ahí sentada, pensando quién sabe qué y dirigiéndose quién sabe a dónde, caminé rápido y sin parar hasta lograr chocarme con Roy el del quiosco y esa sonrisa cachosa que tiene, que siempre me levanta el ánimo. Habla Roy, un Lucky por favor, Lucky? se me ha terminado, Tamare, ya qué chucha, igual te iba a pedir fiado.
Habla tío, qué fue, Habla!... un(a) día(noche) Universitario(a) se va volando. Lo que importa en verdad son las retiradas, hablando, casi gritando lo que se cocina en cabezas convencidas. Termina la sesión, otra vez (carajo) a soñar afuera, a la risa, a sus casas y a la mierda...
Siempre me quito con el Pato, Pepe y Renzo, conversando, escuchando, tarareando, mirando por la ventana, encapsulados en un misterioso universo de relojes que no marcan, corbatas que ajustan, mochilas que no abren y axilas que apestan, la disfuncionalidad hecha automóvil, ciudad, suspiro.
- Porqué suspiras huevón?
- No sé, creo que tengo miedo...
Los misios como que perciben todo de un modo distinto, un poco más triste, medio melancólico, anhelante tal vez, pero no un anhelo ferviente, sino una pequeña esperanza que se cola por la nariz y hace soltar el primer húmedo estornudo matutino en esta La triste y decir, A ver pues, campanita, qué tenemos para hoy.
Saludos!
Lando
Etiquetas: Manos que gritan
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio