Ensayo sobre Lima
Para mí, Lima representa muchas cosas. Es, ante todo, la ciudad en donde nací, y por tanto le tengo un gran cariño, aunque no por eso me agrade todo lo que pase en ella.
Lima es una ciudad ante todo informal, y creo que ahí esta la raíz de todo. La informalidad nos lleva al caos vehicular, a la suciedad de las calles, a la inseguridad de su gente y a la falsificación en masa.
El caos vehicular, cosa que ahora nos afecta a todos, se debe a la informalidad de las empresas de transporte, por la calidad y la cantidad de unidades que maneja, se debe a sus conductores y cobradores, se debe a las autoridades. Ahora que medio Lima esta destrozada por las reparaciones de las pistas podemos darnos cuenta que el gobierno jamás tuvo un plan de contingencia, nunca tuvo una estrategia adecuada que se acomodara a la realidad del transporte. Alguna vez escuche a alguien decir en un noticiero que estaba muy mal hacer la reparación de todas las pistas a la vez, pero que era peor que lo hagamos por otros y no por nosotros mismo. Las pistas que ahora se reparan, son debido a la cumbre que habrá, y no porque alguna autoridad haya pensado que las pistas ya estaban malas y que necesitábamos cambiarlas. O sea que si no hubiera cumbre probablemente las pistas seguirían igual. Eso me da la idea de que el limeño, aunque en realidad el peruano, no se valora para nada, esta más pendiente de los de afuera que de los de adentro. Esta bien que seamos hospitalarios con los extranjeros pero también deberíamos serlo con nosotros mismo, entre nosotros mismos.
El problema de la suciedad en las calles se da en toda la ciudad. No hay una cultura de limpieza, de sentir la ciudad como mía, como si perteneciera a ella. Al no identificarnos con la ciudad no la cuidamos. No nos interesamos por lo que le suceda a la ciudad. Es mas, tampoco nos interesamos por lo que le pase al resto. Si ensucio y contamino la ciudad, entonces no solo no me interesa la ciudad en sí, sino que tampoco me interesa la gente que vive en ella. No tenemos la más mínima consideración con las otras personas. Ensuciamos y contaminamos la ciudad, olvidándonos que la compartimos con otros, que se la dejaremos a otros. Aunque creo que eso ahora ya esta cambiando, conozco a mucha gente que se preocupa por la suciedad y por la limpieza ambiental. Es gente que por lo menos hace algo, aunque sea mínimo. Como por ejemplo no botar basura en la ciudad, no quemarla, no botar pilas. Ese tipo de actitud se ve cada vez mas seguido y las generaciones la van adoptando como algo importante.
La inseguridad, tan propia de lima, es una situación a la que la mayoría de personas ya se han adoptado. A ya nadie le sorprende que le roben algo, o que le roben a alguien. Es algo a lo que ya estamos tan acostumbrados que creo que la gente ya no vive a la expectativa, o temiendo a que le pase algo. Las autoridades parecen también haberse acostumbrado, y las comisarías parecen simplemente un lugar donde se informa pero donde no se actúa.
La falsificación en masa que tiene lugar acá nos sorprende a nosotros y a los extranjeros. En muchos países simplemente no pueden concebir como es que hacemos para falsificar tantos discos, documentos, números de celulares. Y aunque es algo que esta mal, la gente lo consume, no me excluyo. La consumimos por diversos motivos, aunque ninguno de ellos es justificación alguna. Es tanta la falsificación que hay tiendas donde se venden discos pirateados que están avalados por la apdayc. Ya que las autoridades no pueden contra la falsificación, la apoyan. Dejando un precedente bastante peligroso, dando a entender de que si se hace algo que no es correcto, y se hace de manera masiva, entonces puede volverse legal.
Pero no podría hablar de un ensayo de lima si no involucro también a su gente. A los limeños. Me da la impresión que los limeños somos personas reservadas, tristes, tal vez sea influencia del clima o de la “panza de burro” que nos cubre todo los días. Los limeños somos, por definición, criollos. Y no en el sentido mestizo de la palabra sino criollo de vivo, de creativo, picaron. Un limeño es una persona que se “recursea”, que sabe como “sacarle la vuelta” a la ley. Un limeño es racista, clasista, y cucufato. Claro, estas características no son aplicables a todos los limeños, pero si a su gran mayoría. La mayoría de los limeños tienen un recelo extraño hacia los inmigrantes de provincia, los miran o los tratan mal o los ignoran. Tendemos a creernos superiores que nuestros iguales o que nuestro compatriotas pero sobrevaloramos lo que no es nuestro. Somos, creo yo, el resultado de una mala alineación. No somos una alineación completa, que imita lo extranjero y lo sobrevalora si preguntar. Pero tampoco somos personas libres completamente, que valoren, quieran, y se identifiquen con lo nuestro, adoptándolo como propio y no como algo que “posee la mayoría”. Y he ahí, en ese ser y no ser, el resultado de la polaridad entre nosotros, de nuestro caos social e ideológico.
Los limeños somos personas de colores tristes, la ciudad esta llena de colores pálidos, apagados, faltos de alegría. Somos personas “cachibacheras” que amontonamos cosas en el techo de nuestras casas. Pero, al final de todo, somos personas emprendedoras, personas con ideas muy creativas, queriendo salir adelante, personas soñadoras con un Perú mejor que quizás no conoceremos.
Lima “la panza de burro”, “la de los techos sucios”, “la triste”. Es más que un cúmulo aleatorio de personas diferentes u opuestas. Es una rica mezcla de puntos de vistas y de ideas innovadoras que nos ayudaran a salir adelante. Aun y con todos sus defectos, Lima es Lima, y yo me quedo a vivir en ella.
asyr!
Etiquetas: Reflexiones de una taza
1 comentarios:
PATO FEO :)
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio