ya, cabrones...
Escribo esto con lágrimas en los ojos... por la visita, por las palmadas, por los amigos que nunca tuve y resultaron ser ustedes, por empezar de nuevo, por la tremenda caminata mental que tuve acá sentado.
Les debo una disculpa, fui la persona más irrespetuosa e irresponsable del mundo y bueh... la cagué pues, por mi maldito temor a enfrentar a personas tan extraordinarias, perdonen, no estaba acostumbrado a amigos como ustedes, y me espantó la idea de que piensen (una vez más) que era un cojudo.
En fin, espero comprendan, no andaba bien, y ahora sí, tomé una decisión importante y empezaré de nuevo.
Los tengo bien metidos en el área superior derecha del tronco, cerca al esternón... ya nos vemos!
Iré mostrándoles mi nuevas huevaditas..
Saludos!, un hermano
Lando
Etiquetas: Manos que gritan
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