Historias de infancia I
Desde los nueve hasta los once
Anoche me fui a dormir con un recuerdo vago de mi infancia... hoy logré transportarme definitivamente a ellos, como si me hubieran estado esperando a que los vuelva a recordar, como aquel amigo(a) que te espera sin pedirte nada a cambio y que cuando llega el momento te hace descubrir que el mundo puede no tener sentido pero que valió la pena mientras se vivió.
Y bueno como decía, estos recuerdos de la infancia me trajeron esa sensación de infantilidad, sensación que aún recuerdo con mucha nostalgia, aquellos tiempos en los que vivía en varios mundos: el colegio, mi casa, mis amigos de la tienda de mi viejo, el coro de la parroquia (si ateos, estuve en un coro ¿y?)... recuerdo bastante que era poco sociable, me caracterizaba por la soledad y el retraimiento, aún asi tenía muchos amigos y pocas amigas... creo que era muy uraño con las chicas, al punto de alejarme de ellas... bueno eso fue hace ya bastante tiempo y aún me acompaña esa sensación pero no se si sea la misma... En fin
Recuerdo que la primera niña que me gustó un rehuevo se llamaba Flor, era un tanto pecosa de cabello castaño y la veía todos los domingos en misa, casi puedo decir que asistía a misa solo por verla... no recuerdo porque sé su nombre, creo que alguna vez (quizá la última vez que la ví) su mamá la llamó desde la puerta de la parroquia para que se fueran y efectivamente se fue, estaba un tanto molesta... Una sola vez tuve la osadía de acercarme a ella, recuerdo que estaba junto a su hermana que no tengo la menor idea de como se llama y además no viene al caso, justo ese día me habían regalado 10 soles que para mi eran millones (iba a comprar un muñeco de Samurai)... bueno la cosa es que me acerqué y le dije que era muy bella, hermosa... no me imagino que un extraño de la nada se te acerque y te diga tal disparate pero se lo dije asi sin tapujos... ella me miró sorprendida casi petrificada, como me imaginaba no atinó a decir nada tan solo retrocedió dos pasos y se fue casi corriendo... fue mi primera decepción amorosa y recordada con mucho cariño...
Hoy por la mañana volví a pasar por su casa porque queda justo cerca del mercado (si pues de vacas voy al mercado) y justo saltaron esos recuerdos, no sé si seguirá viviendo ahi pero me acuerdo que de niño trataba de ir a jugar por esa zona... muchas veces fuí magullado porque jugabamos partido y me destrozaban las rodillas pero les digo valía la pena, aunque solo una vez la ví mirar por su ventana, con esa dulce mirada que lanza una niña de nueve años... bueno para mi bastaba y eso me permitía estar tranquilo hasta el domingo que la volvía a ver.
Recuerdo también que me encantaba el verano (no como ahora) porque para empezar me gustaba la navidad, el olor a polvora y las personas festejando fuera de sus casas, desde que me quedé en Lima siempre hice el recorrido desde mi casa hasta la tienda de mi viejo precisamente a las 12 pm. para poder ver a los demás festejando con sus familias, creo que aún tengo esa necesidad de ver a los demás festejando o ser felices mientras que yo estoy a la espectativa, vigilante en la puerta de las casas... me reconforta saber que más allá del dolor de la vida algunas personas puedan experimentar por algunos momentos la felicidad perfecta y puedan compartirla... esos momentos no se deben terminar
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio