Malditos Escolares!

sábado, 26 de mayo de 2012

Las malas noticias


Pienso  que demoro mucho en asimilar las malas noticias. Recuerdo julio del año pasado. En medio de la  av.  Arequipa, vi el celular y leí el peor mensaje de texto de mi vida. Salía rapidísimo porque tenía examen de Rorschach, en el taxi, lloré, llamé, pregunté… estaba relativamente tranquila. Llegué tarde,  di el examen, aprobé. Seguramente la profesora nunca revisó esos exámenes, porque mi mente nunca estuvo en esa hoja de papel,  así que nada de lo que escribí  seguramente tendría relación alguna con ese curso. Recién iba dándome cuenta de la magnitud de lo que había pasado. Terminé el examen y me fui al velorio de mi pequeñita, la niña de la mirada más tierna, de las confesiones más sinceras, la niña más educada y dulce de este planeta. Esa niña que amaba dar vueltas en mi silla hasta marearse, y que mañana cumpliría 9 añitos. No pude verla,  era demasiado. No fui a su  entierro. No la visité en el cementerio.

Han pasado meses desde que se deterioró la salud de mi papá, que ya no es el mismo, que los 73 años ya están pesando. Pero recién lo voy asimilando, recién voy dándome cuenta que quizá ya no vaya a estar muchos años más con nosotros, que debería  perdonarlo  y abrazarlo alguno de estos días, antes de que ya no haya un mañana para hacerlo.

Este año, nuevamente  me tocó leer malas noticias. Entre al facebook, leí un mensaje,  lloré al pensar que existe una persona que me quiere hacer daño, pero no creí lo que me decía.  Después ,leí un mail de la misma persona, pero esta vez, lo que  dijo tenía un poder criminal muy bien entrenado, y me dio argumentos  que  convencerían a cualquiera….menos a mí, que aún confío en la buena voluntad de la gente. Hice de cuenta que no vi nada y seguí con  lo que tenía que hacer. Sonreía.

Un día después asumí la situación lo suficiente como para confirmar la información,  y cuando lo hice, la vista se me nublaba y  todo daba vueltas. Continué negándolo, como si se tratara de un duelo, pasé dos días sin poder evitar llorar delante de quien fuera. Me dieron un día libre  en el trabajo para poder reponerme,  a pesar de que no sabían qué sucedía. Cuando regresé, lucía mejor, parecía que estaba manejando bien la situación, pero era sólo la imagen que proyectaba, porque esa mezcla de sentimientos quería salir de cualquier forma. Empecé a adelgazar, a sentir escalofríos  y en pleno verano me abrigaba como si fuera Julio, los ardores estomacales eran insoportables y las náuseas no me dejaban tranquila.

Ahora ya estoy mejor, asimilando las malas noticias, comprendiendo que no está mal sufrir, que no cometí un error al confiar en la gente, que no fue mi culpa y que de algún lugar salen los ángeles.
  
Voy asimilando  que a veces no sirve de mucho soñar con futuros y eternidades, porque  mis sueños se fueron de golpe junto con  los buenos tiempos, esos tiempos en los que era maravillosa, bella e indispensable.

Voy comprendiendo  cuan efímero puede llegar a ser TODO,  que a veces no recordamos las promesas que hacemos, que deberíamos perdonar más fácilmente, y  que no debo arrepentirme de lo que hice, de lo que dije, de lo que no hice y de lo que callé, simplemente impulsada un ALGO, que manda a mi cuerpo a actuar sin pedir permiso al  " se supone" o al "debería", porque en  cada uno de  esos momentos fui  genuina, no callé mis sentimientos, actué de acuerdo a lo que  creo y di todo de mi sin pensar que debería medirme.

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Se te extrañaba Sus.

27 de mayo de 2012, 0:08  
Blogger Hormi ha dicho...

Las emociones más intensas se deben expresar con la misma intensidad, como si no hubiera un mañana... solo recuerda esto "nada es eterno, ni el propio sufrimiento. Siente el dolor para que después te puedas reír de ello, reír a carcajadas y solo así sabrás lo mucho que vales como persona"... me acoplo al coment de Ronnie, se te extrañaba (pero a de uenta que nunca te fuiste)

28 de mayo de 2012, 18:05  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio